Valentina Olivares Licuime
Hijos, nietos y bisnietos acompañaron a Josefina Zepeda en el festejo de sus 109 años de historia, experiencia y sabiduría.
"Yo me siento bien, estoy contenta y agradecida de estar con mis hijos. Tengo muchos recuerdos de mi vida", expresó la mujer, que nació el 27 de noviembre de 1908, en una pequeña mina ubicada en Cerro Blanco, en la localidad de Los Loros. En el asentamiento, su madre trabajaba en una cantina, cuya labor consistía en dar alimentación a los trabajadores.
No obstante, no fue hasta ocho años después cuando recién fue inscrito su nombre oficialmente en Tierra Amarilla.
"Mi madre es un regalo divino, me llena de orgullo y satisfacción, aunque a veces ella se siente sola", comentó su hijo Norberto Ferreira.
En la historia de Josefina Zepeda, la tradición minera siempre estuvo presente, incluso para conocer al amor de su vida a los 16 años en una mina del Valle de Copiapó.
Carlos Ferreira, minero de Tierra Amarilla, fue su compañero por más de 50 años y padre de sus 14 hijos, 8 hombres y 6 mujeres.
El hombre la conquistó con cartas de amor, que les permitieron enamorarse y formar una gran familia que tiene como descendientes a 15 nietos y 16 bisnietos.
Desde la década de los 50, la pareja crió a sus hijos en Domeyko. Pero en 1964 debieron trasladarse a Copiapó en búsqueda de atención médica para la enfermedad de Carlos Ferreira, quién finalmente falleció a fines de los 70.
Luego de la muerte de su marido, Josefina nunca quiso volver a casarse y siguió su vida como madre y dueña de casa.
Hace un par de años, la mujer enfrentó una cirugía que le pronosticaba 5% de posibilidades de sobrevivir, pero ella se sobrepuso y siguió con su vida.
Hoy, se encuentra al cuidado de su hijo menor que le brinda atención, cariño y todo lo necesario para su bienestar.
Josefina es una persona sana, aún puede caminar e incluso bailar, no sufre de ninguna enfermedad, a excepción de una demencia senil que a veces la hace olvidarse por momentos de sus más cercanos.
"El compromiso que tengo con mi mamá es para toda la vida. Para mí, todos los días son su cumpleaños. Siempre estoy preocupado por mi mamá, es una fortuna que ella pueda estar todavía con nosotros" explicó Arturo Ferreira, hijo menor.
Sus seres queridos comentan que la longevidad es una característica propia de la familia, porque dos personas, tío y hermano de Josefina, superaron los 100 años de existencia. Según explican, se debe principalmente a una buena alimentación, vida tranquila y saludable.
Tercera edad
La historia de Josefina Zepeda permite maravillarse con la historia de una persona de más de un siglo de vida. Y asimismo, destacar el significado de los adultos mayores en la sociedad.
En la región de Atacama, 42.797 pertenecen a la tercera edad, de los cuales 61,40% son jefes de hogar, 24,6 % se encuentran en situación de dependencia y 11,1% viven solos, de acuerdo a antecedentes proporcionados por el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama).
"Es fundamental fortalecer y propiciar su participación porque los adultos mayores son sujetos de derecho, que deben promover su autonomía, cuidado y relación con el medio. Los adultos mayores puedan hacer una diversidad de actividades", aseguró Verónica Peña, directora regional de Senama Atacama.
De la totalidad de la población de adultos mayores en Atacama, 5.942 tienen más de 80 años, conforme al Anuario de Estadísticas Demográficas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 2017 por proyecciones para el período 2013-2020.
La cifra es representación de la curva ascendente en la esperanza de vida en el país con 80,5 años, siendo Chile el primer país a nivel latinoamericano, según información proporcionada en 2016 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Años de vida 109
celebró Josefina Zepeda con sus cercanos. 14
Hijos 15