Sin investigación no hay universidad
Comparto el análisis y las propuestas del rector sobre varios puntos que pueden mejorarse del proyecto pero, sobre todo, que la educación no es solo docencia. El aporte que realizan las universidades públicas, como la nuestra, generadoras de conocimiento, investigación e innovación es innegable.
Parte del ingreso por arancel hoy las universidades estatales lo destinan a investigación porque es su compromiso con el país. En los 219 proyectos en curso en la Universidad de Santiago hemos invertido más de 874 millones de pesos, una forma de aportar al desarrollo equitativo y sostenible de Chile a través del impacto que la investigación de excelencia tiene en la sociedad. Es cierto que existen fondos públicos concursables, pero son acotados e insuficientes para la cantidad de investigadores que realiza la ciencia. Fijar el destino del arancel regulado solo para la docencia implica un retroceso que no podemos permitirnos.
Orden público y autotutela
Si el Estado no ejerce su poder coercitivo para imponer el orden público, obliga a los ciudadanos a ejercer la autotutela.
Al encuentro de una niña transgénero
Basta revisar literatura especializada para darse cuenta que este tema, al igual que otros, resulta incipiente en nuestra sociedad, difuso y ante todo morboso. Algunos hemos tenido la maravillosa oportunidad de interactuar con personas que han sentido el profundo llamado a este vivir, un sentir profundo e incuestionable respecto al género que sienten, al encuentro con esta realidad ocurren infinidad de cosas.
Lo bello es que va quedando fuera el discurso tendencioso de la interrogante: ¿Cómo le digo? ¿Qué le digo? ¿Cómo se viste? ¿Cómo van al baño? ¿Tendrá rasgos masculinos o femeninos? ¿Lo abrazo? ¿La toco? y así, un sin fin de cuestiones propias del desconocimiento de esta naturaleza cargada de información confusa, en ocasiones difícil de entender y que poco ayuda a reparar en los niños y niñas el largo camino de encuentro que han comenzado.
Algunos tenemos la oportunidad de desayunar, comer o jugar con personas que han caminado esta senda en la que solo esperan aceptación, nuestro imperativo adulto obliga a apoyar, ceder, aceptar, amar y respetar, acompañar a las familias que en profundo temor, dificultad y extrañeza, también aprenden de este tránsito familias en ocasiones unipartentales, que requieren de absoluta abnegación a sus fluires para en conjunto construir una sociedad mejor.
Hay avances de las escuelas, comunidades y fundaciones, la sociedad con mucha dificultad aun va abriendo caminos de incipiente tolerancia para enfrentar estas temáticas, entre tanto los niños y niñas transgénero sólo quieren jugar, vivir y sentirse amados, aceptados y acompañados.
Lo curioso y más liberador de este sentido camino es que es vivido por las niñas y niños que responden a sus sentimientos, aquí no hay maldad ni interés de hacer algo incorrecto, sólo el libre camino de ser quienes son, inclusive llevan el nombre de una estrella, ante eso la respuesta de la sociedad es más simple aún: entender que al no haber maldad nada perverso ocurre, entender que es un camino propio y sólo queda apoyar, reparando en parte el difícil camino que transitan, así de simple.
Señor director: En el proyecto de Ley de Educación Superior que se está discutiendo en el Senado no hay financiamiento para el desarrollo de la ciencia, tecnología e innovación. Así lo denunció en la primera sesión de la Comisión de Educación el rector de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Juan Manuel Zolezzi esta semana.
Claudio Martínez, vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de la U. de Santiago de Chile
Señor director: El Estado tiene la obligación esencial e irrenunciable de preservar el orden público. Si no tuviera dicha obligación, si cada individuo o grupo de ellos pudiera, a su arbitrio, provocar disturbios, ejercer violencia o presiones sobre las personas o la colectividad, el Estado no existiría, ni habría siquiera sociedad civilizada. El orden público es fundamental para acometer los fines propuestos por las personas, por los grupos intermedios y por el propio Estado. Sobre él descansan todas las actividades y empresas que se proyecten. La mantención del orden público requiere muchas veces -imperiosa e inevitablemente- usar la violencia física legítima, cuyo monopolio está en manos del Estado.
Adolfo Latorre
Mucho se ha hablado respecto de las personas transgénero, más aún, al hablar de la infancia y el tránsito de género, las palabras se tornan cargadas de temor, ansiedad y rebeldía. Efectivamente resulta un tema complejo, muy difícil de dilucidar y en ocasiones de difícil comprensión.
Daniel Sánchez, académico Facultad de Ciencias Sociales, U.Central