"Voy a hablar de Odebrecht, el caso de corrupción en Venezuela y mi situación", dijo ayer, al aterrizar en el aeropuerto de Brasilia, Luisa Ortega, la ex fiscal general del país caribeño, en relación a su comparecencia en la XXII Reunión Especializada de Ministerios Públicos del Mercosur (REMPM), que se llevó a cabo ayer en la capital brasileña.

Ortega, quien fue relevada de su cargo el pasado 5 de agosto por la Asamblea Constituyente y se vio obligada a abandonar su país, realizó la apertura de la cumbre y cumplió con lo prometido. Y es que a pesar de que Nicolás Maduro, el Presidente de Venezuela, había asegurado, horas antes, que pediría a la Interpol que emita órdenes de captura contra Ortega y su esposo, el diputado Germán Ferrer, la ex funcionaria de Caracas aseguró que tiene pruebas que vinculan al Mandatario, y a otros miembros del Ejecutivo, con el Caso Odebrecht.

Este apunta a la investigación, iniciada en diciembre del 2016, sobre la constructora brasileña Odebrecht, acusada de coimear a funcionarios públicos del Gobierno de varios países, incluyendo a los latinoamericanos Argentina, Colombia, Ecuador, México y Perú, entre otros, y responsable de la mayor red de corrupción en la región.

"Tengo pruebas en el caso Odebrecht que comprometen a Maduro, Diosdado Cabello (primer vicepresidente del PSUV), Jorge Rodríguez (alcalde oficialista) y otros", dijo Ortega, quien fue tratada como la "fiscal legítima" de Venezuela.

"Estas pruebas que tenemos se las voy a entregar a las autoridades de distintos países, como Estados Unidos, Colombia y España, para que se investiguen, porque en Venezuela no hay justicia, en Venezuela es imposible que se investigue cualquier hecho de corrupción o de narcotráfico, y, en consecuencia, la comunidad internacional tiene que investigar estos casos", agregó.

Persecución

Ortega atribuyó la persecución que sufre en su país a las investigaciones que realizaba a raíz del Caso Odebrecht y sus nexos con altos dirigentes del chavismo. "Lo más grave es que todo está relacionado con la corrupción. Lo que ocurre conmigo es por una serie de denuncias que hice", afirmó.

Según ella, la crisis en Venezuela fue provocada por la corrupción y, por lo mismo, amenaza con expandirse a toda la región: "En Venezuela lo que ha ocurrido es la muerte del derecho. La estabilidad de la región está en peligro. Lo que ocurre en Venezuela puede permear a toda la región".

"Hay que recuperar la democracia en Venezuela, sin tener autoridades vinculadas a la corrupción", afirmó, señalando que Tarek Saab, quien fue nombrado por Caracas como el nuevo fiscal general, está siendo investigado por seis casos de corrupción.

Sobre su futuro, dijo que regresará a Colombia para evaluar la oferta que recibió de asilo político, pero que su intención es recorrer el mundo para denunciar lo que pasa en Venezuela, desde las violaciones de derechos humanos hasta una corrupción que "ha traído consigo otros problemas, ya que impide que el venezolano tenga acceso a alimentos, a salud, a los medicamentos más básicos".

Las palabras de Ortega fueron respaldadas por Henrique Capriles, uno de los máximos líderes de la oposición, quien señaló que "la fiscal ha empezado a hablar y yo soy el primero que aplaude, porque allí estaba una caja oscura".

"Estas pruebas las entregaré a las autoridades de distintos países, para que se investiguen porque en Venezuela no hay justicia".

Luisa Ortega, Ex fiscal general de Venezuela

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó ayer un llamado a la "unidad", en un intento de rebajar las tensiones a raíz de su polémico discurso del martes en Arizona. Allí, el Mandatario volvió a referirse al episodio de violencia racista ocurrido el 12 del presente mes en Charlottesville, en el que una mujer falleció atropellada por protestar durante una marcha supremacista, culpando a los medios de comunicación de ignorar sus condenas hacia el acto y de citar comentarios selectivos para hacerle quedar mal y ahondar en la división del país.

Las palabras del martes de Trump causaron gran revuelo, por lo que ayer, en un acto en Reno, Nevada, reculó. "Es hora de curar las heridas que nos han dividido y de buscar una nueva unidad basada en los valores comunes que nos unen. Somos un pueblo, con un país y una bandera", aseguró.

El martes, Trump leyó ante una multitud parte de sus respuestas a los hechos de Charlottesville, aunque dejó fuera sus comentarios más polémicos, en los que acusó por igual de la violencia a "los dos bandos", los antifascistas y los neonazis, lo que ha sido duramente criticado por la comunidad internacional y dentro de su propio país.