Estela, con voz motivadora, preguntó a Leticia: ¿si hoy tuvieras que hacer una lista de las preocupaciones que conoces de tu pareja cuántas líneas crees escribirías? La mujer denotando gran preocupación respondió, "Creo que muy pocas. Llevo veinte años con Ernesto y me doy cuenta en este momento que no conozco nada de su mundo interior; sin embargo sé de amigas que en una semana de confidencias íntimas han llegado a una compenetración absoluta con su pareja.
Queridos amigos lectores, conocer a otro requiere una interacción, un compromiso de cuidar a quien se ama con dedicación e interés. Especialistas concluyen que las mujeres estamos más conscientes que el sexo opuesto de la importancia de la compenetración emocional en una relación. Los varones no comprenden la necesidad de hacer esto y tienen con la pareja un contacto en ocasiones de extremo silencio, sin embargo con los amigos se van de pesca, hablan de deportes tomando cerveza; y con los compañeros de trabajo hablan de negocios y problemas laborales. Esto se debe única y exclusivamente a que el entorno ha condicionado al hombre a ser más reservado, más serio, menos emotivo, logrando que se traguen sus crisis, sus angustias, sus desvelos, ocurriendo luego explosiones que cada día son más comunes, como las separaciones inesperadas, los cambios de profesión o trabajo, la disolución de vínculos, convirtiéndolos en seres radicalmente distintos por falta de una intimidad verdadera.
Sabemos que los hombres desde niños están llamados a ser fuertes no sensibles, de manera que si revelan una emoción por pequeña que sea, será muestra de confianza y de amor, por lo mismo intentemos guardar como tesoro sus secretos, con respeto, porque si se los contamos a una amiga, y el se entera, seguramente se cerrará totalmente y no podremos ingresar en su mundo interior nunca más, es necesario estar a su lado, oyendo sus confidencias, conociendo sus problemas y anhelos con generosidad y lealtad ilimitada. Preocuparnos de sus gustos, sus intereses, sus hobbies su película favorita, hablar unidos de la muerte, de la eternidad y por último conocer que lo ilusiona y le gusta de su trabajo, de sus miedos y fantasías sexuales, con esto sin duda ganaremos por lo menos la mitad de la batalla de la intimidad ya que conocer bien a la pareja, equivale a saber como tratarlo, cuando preguntar y cuando callar, en medio de su silencio.
Mily Soler Grez Comunicadora Social