Una de las posibilidades auspiciosas para levantar la economía local radica en concluir la pavimentación de la ruta internacional, que a través del paso San Francisco, conecta con el pacífico las ciudades de la Rioja y Catamarca, la que según los auspicios gubernamentales debería estar funcionando a principios del año 2018.
El reciente anuncio de la licitación del último tramo de 60 kilómetros viene a cumplir un largo anhelo regional, del cual solo faltaba la parte nacional desde la aduana hasta el límite con Argentina por concretarse.
A juicio de las autoridades regionales la próxima culminación de este proyecto es una muy buena noticia para la economía regional porque tras conectar Chañaral con La Rioja y Catamarca significa un gran flujo de personas, sobre todo para el turismo y una mejor conectividad para las actividades comerciales.
Los productos desde las provincias argentinas disminuirían en al menos 15 días el traslado de mercaderías hacia China y el Asia Pacífico con quienes Chile mantiene fuertes relaciones comerciales, además de abrir el comercio con el 60% de países con las provincias interiores de Argentina que tiene un acceso más rápido al mar por Chile que por su propio país.
Este trabajo también viene a beneficiar a las otras provincias argentinas que se sumaron al Atacalar que son Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe, que junto a La Rioja, Catamarca y Atacama suman un mercado compuesto por más de 10 millones de habitantes, exportaciones por casi 30 millones de dólares y un producto interno bruto 40 millones de dólares.
Grandes oportunidades que dependen de varios pasos por este lado de los Andes. Comenzando por culminar la pavimentación necesaria, siguiendo por la capacidad de los puertos Totoral de Caldera y La Lozas en Chañaral, la capacidad de carga para que los productos argentinos puedan seguir su rumbo hacia los mercados en Asia. Esperemos que este sueño de varios años logre concretarse a partir del 2018 porque la actividad económica de la región lo necesita.