Un diagnóstico preliminar de post aluvión 25M, realizado por académicos de Ingeniería de la Universidad Católica (UC), en conjunto con el Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden) evidencia que la Ruta 5 Norte y los relaves de la zona contribuyeron a agravar los daños en Chañaral, información publicada por la revista científica Geophysical Research Letters.
"La barrera de sedimentos depositados a lo largo del tiempo, en conjunto a la construcción de la Ruta 5, dificultó la desembocadura de los flujos aluvionales y agravaron la inundación en la zona", señala el diagnóstico.
Rodrigo Cienfuegos, profesor de ingeniería ambiental de la Universidad Católica de Chile y director del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden), explicó que "el evento climático que ocurrió es muy raro, no había registros de algo como eso en la historia que tenemos nosotros. Hubo una combinación de varios factores que hicieron que hubiese una precipitación muy intensa con altas temperaturas y que se activara entonces una enorme cuenca que fue la que finalmente produjo que el volumen de agua escurrida alcanzara valores realmente extraordinarios".
Por ello Cienfuegos explica que "en las observaciones que logramos reconstruir a través de varias estimaciones, tanto hidrológicas como hidráulicas, logramos determinar que el caudal que pudo haber pasado por la desembocadura podría estar en el orden de los mil metros cúbicos por segundo que es bastante enorme. En la zona baja de Chañaral, las velocidades alcanzadas fueron bastante importantes, lo que aumentó el poder destructivo de la crecida", sentenció.
Este diagnóstico muestra que había una acumulación de relaves mineros en la Ruta 5 Norte, lo que incidió en el curso de las aguas. "Lo que pudimos constatar es que en la desembocadura el nivel de la barra de sedimentos , que está fluyendo el escurrimiento del Río Salado en este caso, era producto de una acumulación de sedimentos en el tiempo de origen minero, prácticamente la desembocadura está tapada. El problema es que había sido consolidada en ese nivel por la construcción vial en la desembocadura".
El río Salado es un cauce que atraviesa la ciudad y ha pasado por allí hace miles de años, donde está la ciudad, ya que hay "un desarrollo y una planificación urbana, pero que lamentablemente no toma en cuenta los eventos externos como los que vimos y esto es porque no existía información".
Con esos antecedentes, según el especialista, hay una ocupación del territorio que no respeta la caja del río y el emplazamiento por donde las crecidas normalmente deben ser evacuadas. Esto pone en evidencia las consecuencias que conlleva la planificación de las ciudades sin considerar los datos históricos del lugar. "Hay que incorporar el conocimiento científico que se va generando, los nuevos antecedentes, para que los diseños y ajustes que se deben hacer en la investigación urbana puedan considerar estos elementos nuevos. Los diseños en algunos lugares van a ser sobrepasados por los elementos extremos donde no tenemos estadísticas históricas".