En pleno "Mes del Corazón", un informe publicado en EE.UU. mostró que la disminución de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares se ha ralentizado considerablemente en el último tiempo, después de décadas de avances en la reducción de las muertes por padecimientos al corazón y los vasos sanguíneos.
El documento, divulgado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., sugiere que los beneficios cardiovasculares de las intervenciones médicas pueden haber llegado a un punto de saturación y que las nuevas mejoras dependerán en gran medida del comportamiento personal.
Según recogió el diario The New York Times, si bien en 2010 las tasas anuales de disminución de todas las muertes por padecimientos cardiovasculares tuvieron un promedio de 3,69%, en el caso de los hombres, y 3,98%, en las mujeres, desde 2011 las tasas de disminución se redujeron a apenas 0,23% en los hombres y 1,17% en las mujeres.
En opinión de Stephen Sidney, autor del paper, estos hallazgos apuntan a casi un estancamiento en el control de las enfermedades cardiovasculares y las muertes que estas producen.
Con respecto a las razones de estos resultados, el equipo mencionó una encuesta nacional que arrojó que los estadounidenses obtuvieron mejores resultados en el control del tabaquismo, la presión arterial alta y el colesterol elevado, a menudo con la ayuda de medicamentos, pero muchas más personas se volvieron obesas y desarrollaron diabetes tipo 2.
Pero la gran conclusión de los investigadores fue que no se necesitan innovaciones médicas ni intervenciones genéticas para cambiar el rumbo de estas enfermedades y restablecer los declives significativos de muertes. "No deberíamos asumir que las enfermedades crónicas automáticamente ocurren con el envejecimiento. Vivir saludablemente hasta la muerte es un objetivo alcanzable", opinó el doctor Donald Lloyd-Jones, citado por el mencionado rotativo.
En Chile, las enfermedades cerebrovasculares (que forman parte de la categoría cardiovasculares) son la primera causa de muerte. Los infartos al corazón son la segunda.
La presidenta de la Fundación de la Sociedad Chilena de Cardiología, Mónica Acevedo, explicó que si bien en nuestro país el número de muertes por enfermedades cerebrovasculares se ha mantenido más o menos estable, falta aún por avanzar en los tratamientos posteriores. "Hoy prácticamente cualquier paciente que se trata (de forma intrahospitalaria) un infarto tiene una mortalidad bajísima. El problema es después del primer año de haber tenido el evento. En general no hemos logrado mejorar tanto esos niveles de muerte", dijo.