La tramitación electrónica en la justicia
La ley Nº 20.886 genera un cambio importante en la modernización del sistema judicial chileno. Pero restan pasos que dar todavía. La Ley N° 20.886 -conocida como LTE- termina con la tradicional materialidad de los procesos, es decir, el uso del papel, modifica el Código Orgánico de Tribunales y el Código de Procedimiento Civil.
El paso dado por el Poder Judicial a partir del sábado 18 de junio no resulta menor. El inicio de la tramitación electrónica de causas judiciales es, sin duda, un avance en la modernización de la justicia, que comenzó con el profundo cambio en el vetusto sistema penal chileno, que se denominó Reforma Procesal Penal, prosiguió con la reforma a la justicia de Familia -antiguamente de menores- y la reforma al sistema de justicia Laboral, con los Juzgados de Letras del Trabajo y los Juzgados de Cobranza Previsional.
La Ley N° 20.886 -conocida como LTE- termina con la tradicional materialidad de los procesos, es decir, el uso del papel, modifica el Código Orgánico de Tribunales y el Código de Procedimiento Civil, e implementa el ingreso de demandas y escritos de forma remota, soporte que también rige para las resoluciones y actuaciones de los tribunales, las que, además, contarán con firma electrónica avanzada.
La tramitación electrónica de causas era el paso necesario en un mundo en el cual las nuevas tecnologías se abren paso en todos los ámbitos. El cambio va mucho más allá del fin del uso de la aguja y el hilo para coser los expedientes. Va más allá, incluso, que la paulatina disminución del uso del papel como soporte para revisar las causas. Este cambio significará, también, cambiar sistemas informáticos, capacitación para los funcionarios y, principalmente, modificar el "chip" desde lo analógico hacia lo digital.
Hoy, con los cambios que experimenta la justicia en el país, al menos en cuanto la tramitación de las causas, se espera mayor transparencia en lo relacionado con el seguimiento de los procesos, puesto que los intervinientes podrán hacer un seguimiento efectivo de las causas. Además, en el Poder Judicial esperan que esta ley facilite el acceso a una justicia que mejore en eficiencia, seguridad y trazabilidad de los procesos.
Es un gran avance. Sin embargo, es deseable también un cambio a la justicia civil, porque pese al cambio de soporte, del papel a la carpeta electrónica, no implicará necesariamente mayor velocidad en los procesos, porque la justicia civil no ha sido reformada y se sigue rigiendo bajo procedimientos que son los mismos de hace 50 o 100 años atrás. Y será labor del Estado en su conjunto dar el siguiente paso.