"Alcanzamos a juntar agua y nos las arreglamos. Además es un segundo piso, es distinto a que el río pase por el lado con perros muertos, conteiner grandes de basura, casas de perros, entre otras cosas como en Copiapó". Con esas palabras enlaza sus dos experiencias Nora Ortiz, quien vivió el desborde del Río Mapocho en Santiago ocurrido el domingo y el del Río Copiapó el 25 de marzo de 2015.
Pocas son las personas que logran estar en dos desbordes de río, a no ser que pertenezcan a un organismo de emergencia o seguridad. La lista se reduce más cuando quienes se ven involucrados lo hacen como víctimas. Nora Ortiz es una de esas personas que durante el 25M se encontraba de visita en Atacama y el domingo pasado estaba en Providencia. Ambos desastres los ve como una experiencia de vida que la ha hecho más fuerte.
"Todavía no voy a donde quedó todo más arruinado, pero me lo imagino como lo que vi cuando salí ese viernes del hotel (en Copiapó). Ya sé que será así, con la diferencia de que acá las soluciones estarán más expeditas y allá aún hay gente que no soluciona sus problemas", dice Ortiz al pensar en su experiencia en Atacama y la recientemente vivida en Providencia, ya que reside en el lado norte de Pedro de Valdivia. "Quedamos aislados, pero por lo menos no se cortó la luz, alcanzamos a juntar agua y nos las arreglamos. Además es un segundo piso que es distinto a que el río pase por el lado", sostuvo la mujer.
Desborde del río Copiapó
El 25M Ortiz, quien es de Vallenar, llegó a Copiapó un día antes para hospedarse en el hotel La Casona, ubicado en Bernardo O'Higgins 150, entre las calles, Talcahuano y Rancagua, uno de los sectores donde el desborde se vivió con más fuerza.
"Supe del pronóstico de lluvias, pero a mí no me alerta mucho. Viví casi 20 años en Estados Unidos estoy acostumbrada a cosas así. Me quedó la impresión de que no se alertó con real énfasis a la población", dice en relación a los antecedentes que manejaba antes de la tragedia en Atacama.
La mujer recuerda que ese día se encontraba con su asesora de hogar: "habíamos ido de compras normal, luego nos regresamos al hotel. Comenzó a llover y no pudimos dormir, creo que nos dormimos de cansadas. Temprano nos golpearon la puerta de la pieza, claro habían dado alarma y nosotros no nos percatamos en el momento". Según recuerda ahí notaron la gravedad de lo ocurrido. "Era una persona de la habitación del frente avisándonos. Entonces miramos bien y lógico los que podían estaban evacuando, el agua ya estaba casi entrando a la pieza".
Según narra Ortiz no tenían dónde ir, así es que junto a su asesora decidieron quedarse en el lugar junto a otro pasajero y los dueños del hotel.
"Estábamos en una pieza hacia la calle, por la ventana pasaba el río. Mi acompañante era mi nana que es parte de mi familia y tiene hartos problema de salud, entre eso es hipertensa, me preocupaba mucho no asustarla, porque le podía subir la presión".
"En síntesis estuvimos aisladas tres días, querían ir a buscarnos pero no dejaban pasar autos ni gente. Recién el viernes mi pareja dijo voy y paso como sea. Ese día ya estaba más accesible, mucho más accesible, ya no corría el río, ya era todo barro y pudimos salir", relató Ortiz.
Afecciones de salud
La vida no ha sido fácil para la mujer ya que en mayo del año pasado recibió una nueva angustia. "Mi nana que es parte de mi familia, recibió el diagnóstico de cáncer a las mamas. La ayudé, la llevé al sistema público. Luego nos dimos cuenta que si seguía allí con todas las complicaciones de salud que tenía sería difícil que sobreviviera. La traje a Santiago, la hice atender aquí en la fundación Arturo López", comentó Ortiz.
Lamentablemente para ella, cuando su nana se encontraba en radioterapia en el centro de salud, le avisaron que una de sus tías "que es como mi madre, podría tener un cáncer al pulmón. Hice lo mismo con ella; la fundación, exámenes y todo lo demás", señaló Ortiz.
Sin embargo las malas noticias estaban lejos de acabar, ya que cuando su tía estaba por operarse a Ortiz le diagnosticaron una colédocolitiasis; cálculos en el colédoco.
"Los exámenes fueron alarmantes, arrojaban casi 20 cálculos en las vías intra y extra hepáticas. Según me explicaron si tienes uno o dos cálculos donde los tengo yo, estás muerto", relató la mujer.
Pese a eso Ortiz sigue pensando en ayudar y ahora, luego de que terminó la lluvia en Santiago, comentó que "estoy bien saliendo de una gripe que seguramente me dio porque debo estar más propensa a estas cuestiones oportunistas (enfermedades). No está lloviendo, hay un poco de sol. Lo que no es bueno porque se secará más rápido el barro más rato voy a la zona más afectada a ver en qué puedo ayudar".
"Yo me angustié más allá (Copiapó). Es distinto verlo pasar a unas cuadras que desde tu ventana" Nora Ortiz Víctima de desbordes de dos ríos