Sernageomin
Se ha planteado, incluso desde las autoridades, que para anteponerse y evitar estas situaciones es necesario dotar a nuestra institucionalidad de nuevas leyes y reglamentos, de forma de poder actuar en casos en los cuales la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) no tiene instrumentos de calificación que fiscalizar.
Una de estas propuestas ahonda en que el organismo especializado en la fiscalización de las faenas mineras del país, el Servicio Nacional de Geología y Minería o Sernageomin, podría tener nuevas facultades ambientales. Entonces, ¿son necesarias mayores atribuciones fiscalizadoras para prevenir estos incidentes?
La respuesta yace en el mismo Reglamento de Seguridad Minera, cuyo texto vigente define la función del Sernageomin como fiscalizador de las faenas mineras con dos propósitos: proteger la vida y la integridad de los trabajadores de la industria minera y "proteger las instalaciones e infraestructura que hacen posible las operaciones mineras, y por ende, la continuidad de sus procesos".
Precisamente, este último objetivo es lo que hoy entendemos por sustentabilidad de la faena minera, un concepto cuya evolución comprende no sólo aspectos ambientales, sino también económicos, financieros y sociales. En este sentido, el Sernageomin tiene una positiva experiencia fiscalizadora logrando una reducción sostenida de alrededor de 90% en la tasa de fatalidad en la industria minera en 30 años, periodo que considera todo el proceso de expansión de la gran minería del cobre.
Las claves para este logro, desde la óptica normativa, están en un fuerte enfoque preventivo considerando la disponibilidad de recursos adecuados para respuestas ágiles, actuaciones a través de actos administrativos ecuánimes y la integración multidisciplinaria en el estudio de proyectos y fiscalización en terreno. Este enfoque resulta diametralmente opuesto al punitivo que lleva la SMA, el que, por la magnitud de las sanciones aplicables, resulta ser lento y centrado en el cumplimiento normativo más que en los efectos e impactos reales de las operaciones industriales.
Un Oscar para el Cine Chileno
En 2013, la película de Pablo Larraín, "No", aunque superada por "Amour", presentó el nombre de Chile en los Oscar por primera vez. Hace una década "En la cama", de un joven Matías Bize, logró un Goya, la mayor distinción del cine iberoamericano.
Hay un trabajo ya no tan silencioso que se ha desarrollado con el apoyo -muchas veces insuficiente- de los fondos audiovisuales y en las nacientes escuelas de cine, pero que su mayor mérito es el haber encontrado formas de contar historias locales entendidas en una dimensión universal.
El corto animado de Gabriel Osorio resulta emblemático de este fenómeno. Merecidamente el primer Oscar chileno fue para una historia cercana a los realizadores, surgida de sus corazones, hecha con gran pasión artística y una riqueza estética que hacen de una parte oscura de nuestro pasado reciente, el exilio, una obra de valor humano universal.
El cine chileno se encuentra con su memoria, su realidad, y eso es algo que se valora dentro y fuera del país.
Renta vitalicia
En los cuatro o más años que han gobernado, creo que han recibido lo que corresponde y mucho más, como para asegurarse un futuro. No quedan con lo brazos cruzados ni necesitan una peguita extra para sobrevivir.
La renta vitalicia de los gobernantes, es un insulto para los trabajadores y en especial para los pensionados que después de haber trabajado una vida, reciben jubilaciones irrisorias.
Los tres incidentes de derrames que alcanzaron notoriedad pública a nivel nacional (Los Bronces de AngloAmerican el 07 de febrero, Negreiros de Cosayach el 22 de febrero y Andina de Codelco el 25 de febrero, todas fugas hidráulicas de mineral o soluciones) pusieron en alerta de los distintos sectores de la ciudadanía y bajo escrutinio a los organismos estatales encargados de asegurar que no se produzcan impactos significativos a la salud de las personas y el medio ambiente.
Felipe Sabando Del Castillo, ex director regional de Sernageomin
Lo que se vivió el domingo en el Teatro Kodak fue un hito en la historia del cine chileno. Una producción nacional levantando un Oscar, en una categoría donde Pixar -el gigante de la animación digital- competía por el cetro, es algo que nos demuestra que nuestro cine ha ingresado a una etapa mayor, y que cuando hay amor, pasión, talento y perseverancia, todo es posible. Más aún cuando sus realizadores narran una historia dolorosa, que conocen muy de cerca, y que transforman en un mensaje universal.
Marcelo Ferrari, director Cine Universidad del Desarrollo
Dirigir un país , es una responsabilidad bastante grande y complicada. Por lo tanto las remuneraciones legales a recibir por los jefes(as) de estado, es justa y merecida. En lo que no estoy de acuerdo y creo muchas personas deben pensar lo mismo, es haberles asignado una renta vitalicia, después de haber terminado sus mandatos.
Jorge Valenzuela Araya