El excesivo fanatismo de los adolescentes puede influir en la salud
Cada vez que un artista adolescente ofrece un concierto en nuestro país, es común ver a adolescentes y sus padres hacer largas filas horas antes del show e incluso acampar fuera del recinto días antes del evento.
Sin embargo, ¿cuáles son los límites del fanatismo juvenil en el ámbito de la salud mental? El siquiatra infantil Alan Ravitz, del Child Mind Institute (EE.UU.), dio algunas luces y consejos respecto de este tipo de situaciones, que constituyen un desafío para los padres a nivel económico y afectivo.
"A medida que los niños se individualizan de sus padres, lo cual es una parte natural del desarrollo y el crecimiento, ellos tratan de establecer una independencia sicológica y emocional", explicó Ravitz, en un artículo publicado en la mencionada institución.
El especialista indicó que existe una relación entre ídolo y fan asentada sobre la base de la "devoción". "No importa la cultura, necesitan y buscan a alguien que, aparte de sus padres, sea un guía y modelo para convertirse en adulto. En nuestra cultura, a menudo es una figura del deporte, un actor o una estrella de pop", agregó Ravitz.
En resumen, la idolatría "tiene características únicas para los adolescentes. Proporciona una base para la autoexpresión, la construcción de la identidad y el logro de la independencia".
Sin embargo, otros estudios citados en el artículo advierten del "lado oscuro" del fanatismo. "Idolatrar y adorar a las estrellas del pop también puede consumir la vida del niño hasta el punto de descuidar las relaciones de la vida real y aislarse de los amigos", indicó Lin Fang, académico de la Universidad de Toronto.
La experta en salud mental subrayó que las niñas son las más propensas a sufrir las consecuencias de la idolatría, ya que "tienden a comprar en otros aspectos de la cultura comercial y pueden llegar a ser excesivamente materialistas. La presión que viene de las celebridades con cuerpos perfectos puede dar lugar a una imagen corporal realista y posiblemente fomentar trastornos de la alimentación, que pueden consumir la vida de un niño".
Ravitz hizo un llamado a los padres a monitorear los cambios de humor de sus hijos y justificó que "este tipo de enamoramientos son necesarios y dirigidos en el desarrollo de una persona joven". Para ello, es necesario fortalecer los vínculos a través de la conversación familiar sobre estos temas.