Pamela Vásquez Fuentes
Con una suspensión condicional del procedimiento por el plazo de un año, culminó la investigación de la Fiscalía por el delito de maltrato habitual en contra de la guardadora de la menor Paola Pacajes de 10 años, de nacionalidad boliviana, quien fue asesinada en 2011 en Carrizal Bajo.
Según los antecedentes de la formalización, la cuidadora realizó esta tarea en virtud de una medida de protección decretada por el Juzgado de Familia de Copiapó.
La niña fue asesinada por el hijo de la cuidadora, quien prendió fuego para intentar borrar evidencias de la violación y asesinato de la menor. Hoy Arturo Araya Villalobos cumple condena de 40 años como autor de ambos crímenes.
Sin embargo, la Fiscalía también hizo indagatorias respecto a la guardadora, ya que según informes elaborados por profesionales que supervisaron el cuidado de la menor, la pequeña habría sufrido maltrato. Según los documentos la niña era la "Cenicienta" de la casa; lavaba ropa, limpiaba y cuidaba otros niños. Además dormía en un colchón sucio al interior de una bodega de material ligero, una pieza con agujeros en el techo, muros y puerta.
La Fiscalía ofreció la suspensión condicional del procedimiento por el plazo de un año para la mujer de 61 años, con la condición de informar cualquier cambio de domicilio y no acercarse a la víctima directa, la madre de Paola Pacajes. "Nosotros nos adherimos a la solicitud del Ministerio Público, la familia está tranquila, vamos a seguir acompañándola nosotros, nos vamos a asegurar que la imputada cumpla con las condiciones que se comprometió", explicó Mauricio Sovino, abogado querellante de la Fundación Amparo y Justicia.
"Nada podrá recuperar la vida de la niña y lo importante es que esto no puede volver a pasar en ningún caso", agregó el abogado.
Sobreseimiento
El 21 de agosto de 2015, el Juzgado de Garantía, a petición del Ministerio Público, sobreseyó la causa de una jueza del Tribunal de Familia y de dos funcionarias que fueron investigadas en el contexto de la tramitación de la causa de medida de protección de la pequeña Paola Pacajes, en el Juzgado de Familia de Copiapó.
En el libro Todos Fueron Culpables, de la periodista y escritora Lilian Olivares, se cuenta la historia de la niña inmigrante que fue violada y asesinada en Carrizal Bajo. En el texto aparece el relato de la dupla sicosocial que captó las imágenes de la bodega y colchón sucio donde dormía la niña y solicitaron que la pequeña fuera trasladada a la residencia Manantial.
Estos antecedentes de la investigación estuvieron en manos del Juzgado de Familia, el que determinó que lo realizado era ilegal, porque no contaban con la autorización de la dueña de la casa para hacer las fotografías. La niña continuó bajo el cuidado de la cuidadora y se la llevó de veraneo a Carrizal Bajo.
La investigación respecto a las responsabilidades por parte de los funcionarios fue sobreseída porque no hubo antecedentes que pudieran acreditar un delito.