Tras la muerte de Nelson Quichillao se indaga no solo cómo fueron las circunstancias, sino también si hubo un intento por parte del funcionario que efectuó el disparo por ocultar el hecho.
Quichillao tenía 47 años cuando su vida terminó abruptamente como consecuencia de un disparo que recibió en una de sus piernas en medio de las movilizaciones de la Confederación de Trabajadores del Cobre en El Salvador.
Los trabajadores estaban en las afueras de la División Salvador, manifestándose y bloqueando la ruta. Según Carabineros, en medio de los incidentes, se vieron en la obligación a disparar para repeler un ataque con maquinaria pesada. Sin embargo, los trabajadores niegan esta versión.
La Fiscalía ya logró determinar el arma y la identidad del funcionario de Carabineros que estaría implicado en el hecho. Según los antecedentes el trabajador falleció tras recibir un disparo por rebote de proyectil balístico.
Según el parte policial, el funcionario de dotación de Valparaíso disparó en quince oportunidades su arma de servicio. Sin embargo tras el incidente, en la revisión del armamento, manifestó que no había hecho uso de éste. Al ser consultado por el cargador señaló que se le había caído.
Posteriormente, en una segunda revisión, los funcionarios policiales sintieron un fuerte olor a perfume y fue ante las reiteradas preguntas de un superior que el policía admitió haber disparado el arma en las 15 oportunidades.
Consultado el fiscal Julio Artigas respecto a la arista de la obstrucción a la investigación por parte del carabinero señaló que "es parte de la investigación, se están realizando diligencias en ese punto".
Sin embargo, también se busca esclarecer otros hechos en la indagatoria y las versiones contradictorias entre Carabineros y los trabajadores.
"No todos los antecedentes son concordantes y eso es lo que ha motivado la solicitud de pericias y otras diligencias prontas a realizarse", dijo Artigas.
Respecto al uso de armas y la legítima defensa manifestó que "la reglamentación de Carabineros respecto del uso de las armas de fuego es muy restrictiva. Eventualmente un funcionario de Carabineros puede usar armas pero en casos donde hay riesgo para su vida o peligra la vida de otro. Esa es una circunstancia que es parte de la investigación que llevamos a cabo".
Además consultado respecto a la tipificación del delito manifestó que "no hemos tomado una definición a la espera de una claridad respecto a lo sucedido que además esté respaldadas por medios probatorios en ese evento lo analizaremos. No hemos tomado la decisión a la espera de las pericias que se han dispuesto".
SE ASUSTARON
Para Juan Silva Correa, abogado querellante en este caso, la teoría que defiende es que hay homicidio simple con dolo eventual.
"Lo que ocurrió es que los carabineros se asustaron al ver la máquina y arrancar o desplazarse más rápido y como no conocían el terreno y estaba oscuro uno o dos se cayeron. Alguien se asustó y disparó, otro más lo imitó y otro lo hizo también. Así fue sucediendo esta cadena de errores y se produjo esta balacera de más de 30 disparos a la cabina de las scoop, algunos dieron en las palas, la mayoría en la cabina".
Agregó que "Carabineros dispara no a repeler la acción, sino a matar al operador para que deje de avanzar la máquina, inmediatamente estoy en el ámbito de dolo eventual, me represento en la posibilidad de matar al operador o que la bala le rebote a otro. Mi postura es que estamos ante un homicidio simple con dolo eventual".
DECLARACIONES
En la investigación también se busca establecer las eventuales responsabilidades en la forma en que se llevó a cabo el procedimiento policial, por ello el intendente Miguel Vargas y el prefecto de Carabineros Jorge Garrido, ya declararon ante la Fiscalía en el caso.