Calderinos celebraron nuevo aniversario del "Padre Negro"
actividad. Contó con la presencia de cientos de habitantes de la comuna.
La comunidad cristiana de Caldera conmemoró este fin de semana un nuevo aniversario de Fray Crisógono Sierra y Velásquez "Padre Negro". En la ocasión, un grupo de personas estuvo a cargo de los tradicionales bailes simbólicos, quienes fueron acompañados por feligreses hasta el frontis del cementerio de la comuna, donde yace la tumba del religioso.
Francisca Galleguillos, miembro de la agrupación organizadora de la actividad pública indicó que "los cristianos, y en especial los calderinos, recordamos a nuestro Padre Negro con el cariño que sigue vigente. Es verdaderamente conmovedor cómo se ha convocado la gente para hacer un homenaje al apóstol de Atacama, y en especial aprender del tremendo amor que le tuvo a Cristo, a la Virgen María y a su iglesia".
Durante el encuentro, que reunió a cientos de vecinos de esa comuna, el padre Juan Barraza entregó un mensaje de agradecimiento a los vecinos de Caldera por la adhesión a la tradicional ceremonia.
"Primero que todo quiero agradecer a este grupo de calderinos y a la gente que va agradeciendo al Padre Negro. Agradecer porque mantienen en la memoria a nuestro apóstol de Atacama. Esto no se ve en todas partes", aseguró.
historia
Nacido en Colombia, Fray Crisógono Sierra y Velásquez partió a Bélgica a estudiar la religión Católica a temprana edad. Posterior llegó al territorio nacional para cumplir misiones cristianas en la ciudad de La Serena. Luego fue trasladado a la región de Atacama en el año 1921, específicamente al Pueblo de San Fernando, con el objeto de no ser discriminado por su color de tez.
El Padre Negro, como es conocido entre sus devotos, fue un párroco que realizó diversas obras sociales en la comuna de Caldera y distintas localidades. Entre ellas, figura la construcción de la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria. Sin embargo, uno de los hechos del presbítero, que ha trascendido con fuerza entre los habitantes de esa zona, tendría relación con supuestos dones que ayudaron a la gente en tiempos pasados.
Con una piedra utilizada como campana, el Padre Negro llamaba a la gente para construir la gruta que originalmente recibió el nombre de Lourdes. Pese a que los habitantes de la zona cuestionaron la retirada ubicación de la estatua, colaboraron de igual manera en el proceso de edificación.
En la actualidad, cerca de cien personas visitan a diario su tumba en el puerto, quienes depositan ofrendas de agradecimiento y fe en la gruta del recordado sacerdote. Además de miles de atacameños que siguen de cerca el mensaje que intentó plasmar en sus diferentes obras en la región, según consignó el edificio consistorial.
Luego de su fallecimiento, se generaron una serie de disputas entre habitantes de la región de Atacama y Coquimbo, quienes manifestaron su interés para que los restos del carismático párroco fueran sepultados en ambas zonas nortinas, hecho que finalmente ocurrió en Caldera.
"Muchos lo recuerdan cuando salía a misionar por los diferentes poblados mineros de los alrededores de Copiapó, donde era recibido con alegría y agradecimiento", comentó el sacerdote Juan Barraza mientras ofició la reunión con los feligreses que asistieron como todos los años a la ceremonia de conmemoración.