Vecino sufre hace más de tres semanas con aguas servidas
desesperación. El poblador indicó que llevan días a la espera de respuestas de Aguas Chañar. Comentó que en el sector viven niños pequeños y adultos mayores.
Con la mirada triste y desesperado por el riesgo que hoy corren sus seres queridos, Patricio Aguilar ha buscado ayuda para remediar una situación que no pasa por su responsabilidad ni por un descuido o mal uso suyo. Y es que según señala "la sanitaria responsable no ha hecho nada".
El vecino tiene su casa en el sector de Juan Martínez, específicamente en calle Aldunate, donde al menos en la vía no quedan muchos vestigios de la emergencia climática vivida en Atacama.
Desesperación
El poblador se encuentra en una situación complicada. En medio de la villa, entre su casa y otras viviendas, se aposan las aguas servidas que amenazan con ingresar a su hogar y posiblemente a otras viviendas cercanas, según explica.
Sostuvo que "desde el día 25 de marzo cuando el agua comenzó a llegar, empezaron a colapsar las alcantarillas y esta que tenemos en nuestro terreno está mucho más baja que la que está afuera en la calle por eso colapsa".
Al interior del terreno de Aguilar cruza el alcantarillado que contiene los residuos de las casas aledañas. El vecino denuncia que ha llamado en innumerables ocasiones al teléfono de emergencia de Aguas Chañar, sin obtener resultados. Señala que la empresa ha realizado reparaciones en la calle, las que aliviaron la situación por algunas horas, pero que desde el miércoles, día que dejó constancia por escrito en la empresa, que gran cantidad de agua contaminada sale desde los ductos, sin parar. Señala que hasta la fecha no ha tenido respuesta por parte de la compañía.
Aguilar agregó que "estoy desesperado, no sé qué hacer, llevo tres días sin dormir intentando contener el agua. He construido un muro con tierra para que no entre a mi casa, tengo las manos rotas, tengo dos niños pequeños, mi esposa está tomada de los nervios y yo siento que ya no tengo fuerzas para continuar con la familia".
"En la casa principal vive mi madre una ancianita de 82 años que está postrada y que no podemos sacar de su pieza. El agua se aposa afuera de su pieza en la casa es de adobe y el agua está socavando las paredes que pueden caer en cualquier momento y Aguas Chañar no hace nada".
En el terreno aledaño donde se encuentran la casa de Patricio y otra en la que vive su madre, existe una villa que también tiene el peligro de sufrir por las aguas servidas. Aguilar no solo teme por las enfermedades que pueda provocar el aposamiento, su miedo es que termine ingresando a las viviendas, una de las principales sería la suya en la que además vive, su esposa y dos menores de edad junto a su suegra de 82.
La casa en la que vive la madre de Patricio es una de las más antiguas de Copiapó, la mujer, también de 82 años como su suegra, se encuentra postrada en una de las habitaciones construida de adobe y con cimientos de piedra, la que comienza a ceder frente a la subida del agua que durante estos dos días ha estado escurriendo y amenaza con derrumbar parte de la vivienda.
Este medio intentó tomar contacto con Aguas Chañar sin que hasta el cierre de esta edición la empresa respondiera el correo electrónico o los llamados telefónicos realizados.