Cuidado con nuestra salud
Después de las lluvias torrenciales sufridas en el norte y cuyos efectos durarán por varios días, es indispensable que la población tome algunas medidas básicas, personales, más allá de esperar las soluciones que deben esperar de las distintas autoridades.
Un asunto es la limpieza de los hogares. No se trata sólo de limpiar, sino de desinfectar, por más mínimo que haya sido el contacto con la lluvia.
Las complicaciones están lejos de haber concluido. La posibilidad cierta de tener enfermedades broncopulmonares es real, lo mismo que otros males propios de una situación extrema como la que se ha vivido.
Por ello, primero, la responsabilidad de las personas es clave, ya que no puede dejarse todo en manos de la institucionalidad. El autocuidado es clave para enfrentar de manera más eficiente las difíciles condiciones que en gran parte del Norte Grande tienen al frente.
La condición de los menores es aún más extrema. Especialmente con ellos se debe ser estricto: evitar que salgan si no es necesario, o que se expongan a posibles contagios que pueden evitarse.
Nuestra realidad sanitaria es hoy compleja y bien podría anticiparse que la cifra de enfermedades podría crecer, tal cual ha ocurrido en otras tragedias a lo largo de Chile y el planeta.
Es fundamental, entonces, que la población sea muy prudente, tome los resguardos y conserve la calma.
Se trata de fenómenos naturales que tienen cierta recurrencia y para lo cual debemos estar siempre alertas y preparados.
Nosotros no decidimos cuándo las enfrentaremos, pero sí está en nuestras manos saber cómo nos desenvolveremos.
Esta dificultad no será sencilla de resolver, la luz del sol que nos acompaña en estos días no significa que todo está terminado. Muy por el contrario, pasamos a una nueva fase de la emergencia.