la historia del filántropo Nicolás Naranjo Palacios
SIGLO XIX. Minero y agricultor se convirtió en un personaje importante en la vida de los vallenarinos.
Hay personas comunes que, producto de su quehacer en la vida privada y pública, llegan a ser verdaderos "personajes", pasando a ser leyenda después de muertos. Cuando los datos específicos y tradicionales de una biografía escapan al común de las personas, podemos afirmar que estamos ante un personaje que entra en el campo de la leyenda… y el personaje sobre el cual me voy a referir esta mañana es, verdaderamente, un personaje legendario.
Así recordamos al gran filántropo Nicolás Naranjo Palacios, integrante de una tradicional familia de La Serena, compuesta de grandes emprendedores, de tipos incluso aventureros y también de mujeres bellas y delicadas, ese precioso contraste que es tan típico del siglo XIX.
Efectivamente, don Nicolás Naranjo Palacios nació en la ciudad de los campanarios en 1826. Hijo del rico minero Rafael Naranjo Uriarte y nieto del español Nicolás Naranjo Vargas. Estudió en el Liceo de La Serena, donde fue alumno destacado del sabio polaco Ignacio Domeyko.
Una vez recibido como ingeniero de Minas, trabajó en la fundición de Guayacán de Coquimbo; tuvo a su cargo la gerencia en las usinas de Errázuriz y Urmeneta, en Taltal; y en este cargo exploró el desierto de Atacama, entre Chañaral y Antofagasta. Finalmente formó la mina Domeyko, en Vallenar, la que más tarde le proporcionó grandes cantidades de dinero.
Radicado en Vallenar, en 1862, alcanzó gran riqueza con la explotación de minas en las sierras de "Tunas" y "Aguas Amarga", situadas al sur de esta ciudad. Extendió sus trabajos a otras minas, e industrializó y explotó los minerales de Arenillos, La Marquesa y Zapallar. Fue dueño de minas de oro, cobre y plata, lo que le permitió ser un gran terrateniente y viajar por toda Europa. En 1866 fue elegido regidor de Vallenar. También fue elegido diputado por Vallenar en varios periodos.
Filántropo
Fue un gran filántropo y uno de los primeros hombres laboriosos y progresistas venidos a la región a impulsar la industria y fomentar la educación pública. Se casó con doña Ignacia Ossa Cerda, con quien tuvo tres hijos varones y una hija.
Nicolás Naranjo resultó un experto en mineralogía, un hombre capacitadísimo en materia de mensuras mineras.
El historiador y conservador del Museo del Huasco, don Jorge Zambra Contreras, cuenta una de las tantas aventuras emprendedoras de nuestro personaje de hoy, con las siguientes palabras: "Empieza a aparecernos don Nicolás, lejos de Vallenar, allá en el extremo sur poniente del antiguo Departamento de Freirina, allá por Puerto de Sarco, las minas de Labrar, Quebradita, haciendo negocio y emprendiendo tareas increíbles para su tiempo como, por ejemplo, unir el centro minero de Labrar con el Puerto de El Sarco, allá por 1865, a través de un camino-carril.
El 24 de julio de 1878 compró la manzana comprendida entre las calles Merced, Talca, Marañón y una calle que pasaba al pie del cerro, que hoy día está desaparecida. Compró todo lo que había en ella, vale decir, una casa con terreno. No regaló un hospital, sino que obsequió esta propiedad sobre la marcha, en el mismo acto de compra y la destinó al Hospital San Juan de Dios, para que allí funcionara con plena comodidad y dignidad el hospital de la ciudad. La desinteresada acción de don Nicolás Naranjo provocó un gran impacto social y político en la provincia (región) entera. Así, por ejemplo, el intendente de la época lo mandó a felicitar. Es más, al año siguiente, don Nicolás es nombrado director del Hospital, mejor dicho, "administrador", porque no era médico.
Sin embargo, para el año 1884, el hospital está en condiciones de atender solamente 12 enfermos gratis, razón por la que en 1885, el propio don Nicolás se suma a otros vecinos pudientes que le pidieron al Gobierno que siguiera ayudando al hospital, porque lo necesitaba y no había forma de hacerlo funcionar adecuadamente. Al final de esa gestión, el hospital pasó a depender de la Junta de Beneficencia, antecesora del Servicio de Salud. Curiosamente, el propio hijo de don Nicolás, Roberto Naranjo Ossa, que era médico, llega a ser director titular del establecimiento, trabajando conjuntamente con otro hombre muy querido en la zona, el doctor Luis Joaquín Morales Ocaranza, quien además es poeta e historiador, autor de "La Historia del Huasco".
Fallecimiento
Don Nicolás Naranjo Palacios, murió en Vallenar el 21 de febrero de 1896, hace 119 años. 14 años mas tarde , un día 2 de agosto de 1910, reunida la Junta de Beneficencia de Vallenar, acuerda darle el nombre de " Nicolás Naranjo Palacios " al hospital de esta ciudad, en justo y merecido homenaje a tan distinguido ciudadano.