Incendio en Viñita Azul
El 17 de enero del 2007, hace ya siete años, los cielos de nuestra ciudad, especialmente el sector suroriente, Paipote y Tierra Amarilla, se oscurecieron casi completamente. Una tremenda nube de humo y de fuerte olor, prácticamente nos atrapaba, algunos pensaron lo peor por la inmensa humareda.
Sin embargo, se trataba de un gran incendio ocurrido en el vertedero de Viñita Azul que generó una gran nube tóxica, cuyos residuos causaron gran malestar y problemas de salud entre los residente, tanto por los malos olores, como también por el aire contaminado que, para peor, se mantuvo por varios días. Este debió ser el incendio más grande registrado hasta hoy en nuestra ciudad, tanto por la extensión del territorio cubierto por las llamas, como por también por la duración: algo así como 24 días sin parar, con permanentes brotes y rebrotes.
Recuerdo que las noticias de la época decían que la seremi de Salud, la doctora Pilar Merino, se hizo presente en el lugar para adoptar las sanciones correspondiente, mientras la cobertura televisiva era total, los funcionarios municipales y de emergencia trabajaban duro con sus máquinas para apilar y enterrar los puntos más conflictivos, al margen del trabajo paralelo de muchas empresas privadas, especialmente mineras, que aportaron camiones aljibes y maquinaria pesada para remover los escombros y acarrear tierra para apagar las llamas.
En realidad, el incendio se mantuvo por espacio de un mes, sin que los responsables del manejo de este vertedero, La municipalidad y la empresa concesionaria, encontrara la solución efectiva para sofocarlo.
Bien vale la pena recordar que el vertedero municipal, Viñita Azul, sirvió de depósito de residuos sólidos domiciliarios y asimilables durante más de 25 años, siendo clausurado en el año 2008 tras haber cumplido su vida útil.
Sin duda que aquel vertedero carecía de las técnicas y mecanismos adecuados para el procesamiento de la basura, lo que le permitía estar expuesta a las condiciones atmosféricas, ante lo cual cualquier pedazo de vidrio que sirviera de lupa podía provocar un incendio. Ya que la basura al descomponerse produce gas metano, por lo tanto "esto es como un bolso grande que se infla y se enciende", explicaba a los medios de prensa el administrador del basural, don Hernán Cood.
En el ex vertedero Viñita azul, unas 15 hectáreas, si hizo un largo tratamiento con una capa de material especial de compactación, cierre perimetral, construcción de canaletas de aguas lluvias, limpieza, instalación de señaléticas, retiro de escombros y nivelación con miles de toneladas de tierra y la instalación de 54 chimeneas.
Actualmente el alcalde Maglio Cicardini, sobre ese terreno gestionó que se construyeran tres canchas de fútbol para convertirlas en un complejo deportivo, que viene a solucionar un grave problema, de la falta de infraestructura deportiva, las que posiblemente en el corto tiempo se conviertan en canchas de césped sintético con camarines y duchas, que permitan a los copiapinos y copiapinas hacer más deportes, pero deporte con dignidad, como lo merecen los habitantes de esta querida tierra. Tengo entendido que es el primer cierre ecológico de este tipo realizado en Chile. Sin duda esto es un gran logro de la "Gestión Cicardini" con una visión de futuro, que con el paso del tiempo sabremos valorar en su justa medida.
Junto con el cierre del vertedero Viñita Azul, que se ubicaba a 12 km. del centro de Copiapó, ingresando por el callejón Dr. Ricardo Vallejo Borgoa, con dirección al sur cruzando el río, nace el nuevo vertedero "El Chulo", que entró en operaciones en 2008, con tecnología de punta, para el reciclado de vidrios, cartones y latas, ubicado por el camino internacional que va a Inca de Oro a unos 24 km. del centro de la ciudad y que tendrá una operatividad de 30 años.