Los trabajadores despidieron a Verónica Zamorano
Acompañada por las banderas de la Central Unitaria de Trabajadores que flameaban, fue despedida Verónica Zamorano en lo que para muchos fue su última marcha, recordando que ella siempre pensó que había que salir a las calles para hacer presente las necesidades de su sector: la salud.
La dirigenta de la Confusam y de la CUT, no sólo recibió el homenaje de quienes la conocieron, sino que fueron muchos los transeúntes que no la los que al caminar se detuvieron en una forma de respeto hacia ella. En el Cementerio General, era esperada por muchos de sus amigos, cercanos y compañeros de lucha sindical. Verónica Zamorano había partido a sus 47 años, dejando dos hijos, su esposo y un movimiento de trabajadores que quiso homenajear su entrega.
Verónica se desempeñó cono técnico paramédico por 20 años en la unidad de Laboratorio Clínico Municipal, destacándose por su compañerismo, liderazgo, alegría, empatía y buen trato hacia todos sus compañeros. María Iriarte, su amiga, fue una de las personas que la recordó en el Cementerio General. Trabajamos 20 años juntas compartimos hartas cosas siempre para construir una sociedad, más justa. Hablo a mi amiga, generosa, bondadosa, hoy le doy gracias a Dios porque me a dio como amiga".
PRESIDENTE NACIONAL
Esteban Maturana, presidente nacional de la Confusam, expresó su pesar e instó a recordarla con su ejemplo. "Estamos lamentablemente a 47 años entregándola al descanso, al reposo, a la paz. Estamos despidiendo a una grande entre las grandes, probablemente al interior de la Confusam la mejor entre las mejores y al interior de la CUT un grandioso ejemplo de cómo se hace lucha sindical, cómo se hace lucha social, con consecuencia, consistencia, coherencia y no solo discurso. Si bien tenemos la certeza que hay una gran pérdida humana, pero no podemos quedarnos en eso. Espero que este ejemplo nos sirva, Chile necesita muchos Vero Zamorano".
Luis Sierralta, su esposo, fue quien despidió a Verónica recordando su manera de mirar la vida. "Ella sabía que en algún momento podíamos vernos enfrentados a lo que estamos hoy, pero aun así sus notas fueron de valor, energía , esperanza. Hasta el último momento no dejó de dar instrucciones a sus compañeros, recados al Laboratorio... decía 'no se olviden, tenemos que salir a las calles hasta el último momento' pensando en su organización, que era su vida. Ella quería hacer un acto cultural médico en función del cáncer, con un oncólogo para que ese acto medicinal, fuese capaz de explicarle a cada uno de los presentes lo que significa una quimioterapia, radioterapia, los efectos colaterales que tienen. Ese era su proyecto para octubre o noviembre, yo le pido a la mesa del sector público que le dé cumplimiento como quería ella".