La Nueva Mayoría se transforma en un conglomerado que tendrá una influencia casi unilateral en la región de Atacama.
El Oficialismo contará con la mayoría de parlamentarios, de consejeros regionales y de alcaldes en la región. Es una oportunidad, y a la vez, un desafío.
El cambio de mando en la intendencia de Atacama ayer, fue algo más bien simbólico, luego de que los documentos oficiales para la firma oficial del cambio de administración en la intendencia, no llegaran a la hora que se esperaban. Sin embargo, más allá del protocolo, el país y por supuesto, la región, comienzan a vivir un nuevo periodo en su vida republicana.
En lo concreto, el cambio de Gobierno para Atacama establece un escenario distinto, en toda la línea de administración, desde el nivel central hasta las comunas. La Nueva Mayoría instala precisamente esa condición, una mayoría en la representación y en la conducción de la región.
A nivel nacional, el ahora conglomerado oficialista cuenta con mayor presencia parlamentaria. Esta condición se ratifica de manera potente en nuestra región, la que cuenta con una mayoría parlamentaria. Sólo un senador es ahora de la nueva Oposición, el representante de renovación Nacional, Baldo Prokurica.
Atacama cuenta también con nueve comunas, de las cuales siete alcaldes forman parte de partidos del Oficialismo, Caldera y Alto del Carmen están fuera de este escenario. Y se trata del Consejo Regional, recientemente elegido, por primera vez, mediante votación popular, también la Nueva Mayoría tiene la representación más importante en términos proporcionales.
En términos políticos, la actual coalición de Gobierno cuenta en Atacama con un respaldo transversal y potente desde distintos estamentos de la administración del Estado. Para la región esto representa una oportunidad importante y pocas veces vista, porque se espera que la capacidad de gestión sea más llana. Pero a la vez, es un desafío para la Nueva Mayoría, que tendrá que saber enfrentar los desafíos que hoy plantea la ciudadanía. La confluencia de esfuerzos desde el parlamento, el Gobierno Regional, el Consejo Regional y los municipios, fijan condiciones más favorables para un trabajo con metas y objetivos claros.
Todo aquello es lo que hoy, especialmente, necesita la región de Atacama para avanzar en su desarrollo.