Por el bien del mundo, haya paz e impere el diálogo. No me interesan las armas, sólo las almas. Las que sufren y las que no sufren. Para todas pido la calma. Confieso que me duele la desesperación de la gente. Puede que nos desborden mil preocupaciones. El desaliento es lo peor, significa que no vives. O que no te dejan vivir. Fuera espíritus guerreros, aunque tengamos motivos para ello. Sería como envolvernos en una espiral de venganza que nada resuelve y que genera más desmoralización. Tenemos que tener otra expresión de encuentro. También con los violentos. El uso de la fuerza no pone orden, de ahí que sólo tenga sentido ejercerlo en defensa propia, seamos personas de paz y como tales actuemos, poniendo el deseo del entendimiento como punto de partida.
No es que pida que permanezcamos callados ante las barbaries, pero no respondamos con otras barbaries, porque generará más sufrimiento innecesario. La humanidad tiene necesidad de sentirse amada, construyamos otros horizontes, organicemos hermanamientos, inventemos una justicia más perfecta, levantemos menos muros sobre el camino de la vida. No me vale un mundo adormecido, pero tampoco un mundo violento.
Desde luego; se prohíbe, prohibir nada. Sería como despertar el deseo para bien o para mal. Sólo hacen falta educadores que sepan templarnos interiormente. Hay mucho que construir. Activemos el ingenio y la tolerancia. Eduquemos para la vida en comunidad. Pongamos en valor una cultura del perdón. Y situémonos todos juntos en el lenguaje del olvido, si esto es preciso para reconciliarnos. Es saludable empezar de cero. Nada de reproches. Son los pasos de la sabiduría.
Tenemos que cambiar por el bien del mundo, por el bien nuestro, y para ello, hacen falta menos confrontaciones y más conversar, a fin de adquirir una mayor conciencia de unidad. El día que el grito de unión se alce no habrá más miedos destructores. El deseo de paz será más fuerte que el deseo de conflicto. Y en este anhelo, han de confluir las diversas religiones. Todas ellas tienen que ser una fuerza positiva y promotora de respeto, con su patrimonio de valores y principios, hacia el ser humano.
Víctor Corcoba
Víctor Corcoba Escritor