Jenaro Gajardo Vera, el Chileno que se declaró "dueño" de la Luna
Una leyenda. Abogado, pintor y poeta, conocido por haberse proclamado, desde el 25 de septiembre de 1954., hasta su muerte, como el propietario de la Luna.
Chileno, nacido en Traiguén, abogado, pintor y poeta, conocido por haberse proclamado, desde el 25 /09/1954., hasta su muerte, como el legítimo dueño de la Luna. Jenaro Gajardo Vera, fue sexto de diez hermanos, hijo del Médico Delfín Gajardo Merino y de N. Vera. Aunque también ejerció como pintor y poeta. Gajardo estudió castellano en el Instituto Pedagógico y posteriormente leyes en la Universidad de Chile. En 1951 se radicó en Talca para ejercer su profesión de abogado. En esa ciudad creó la Sociedad Telescópica Interplanetaria, uno de cuyos fines era formar un comité de recepción a los primeros visitantes extraterrestres que llegaran a la Tierra.
Uno de los integrantes del directorio de esta sociedad fue el reconocido obispo Manuel Larraín Errázuriz, cuya participación consiguió mitigar las burlas y críticas hacia esa agrupación. Como poeta publicó dos ensayos "Algunas cosas sencillas" y "Copas de Fuego", además fue director de la revista Grupos. Sin embargo, se hizo conocido por haber sido el "legítimo dueño" de la Luna durante más de 43 años.
El 25 de septiembre de 1954, ante el notario público de Talca don César Jiménez Fuenzalida, don Jenaro pidió que se dejara constancia de su declaración como dueño de la Luna, desde antes de 1857, fórmula legal utilizada entonces para sanear terrenos sin título de dominio, mediante la inscripción de una escritura.
De esta manera don Jenaro Gajardo Vera, se quedó con la Luna desde antes del año 1857, uniendo su posesión a la antecesora del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475,99 kilómetros, denominada Luna y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte Sur, Oriente y Poniente: espacio sideral. Fija su domicilio en calle 1 Oriente 1270 de Talca. Estado civil, casado. En la notaría de Ramón Galecio en Santiago, Gajardo legó la Luna al pueblo chileno, de la siguiente manera: "Dejo a mi pueblo la Luna, llena de amor por sus penas".
A instancias de las Naciones Unidas en el año 1967, se prohibió la compraventa de objetos en el espacio ultraterrestre. Pese a ello, en 1980 el estadounidense Dennis Hope, formalizó en una oficina notarial de San Francisco la compra de la Luna, dedicándose a vender parcelas en terreno selenita desde entonces.
La leyenda dice que el Presidente de EE.UU. Richard Nixon, en el año 1969, a través de la Embajada de EE. UU. solicitó permiso a don Jenaro para que el Apolo 11, pudiera alunizar y los astronautas Aldrin, Collins y Armstrong pudieran descender a la Luna.
A lo que don Jenaro autorizó sin reparos y deseo un feliz descenso y también un feliz regreso a la Tierra a los astronautas.